jueves, agosto 25, 2005

14 de marzo de 2004. Se celebraban elecciones generales en España. Habían pasado tres días tras los viles atentados del 11-M, con una manifestación multitudinaria y episodios vergonzosos para la democracia. Siempre sospecharé que hubo personas de mal corazón, resentidas, que sabían más de la cuenta. Si alguien lo supo, lo intuyó con cierta certeza y no hizo nada, merece quemarse en el infierno. Paseé por Madrid con mi cámara digital, capté mi 14-M. Esos skaters se marchaban de la plaza de la Villa, con un crespón negro dominando aquel día tan gris. Una inmensa pena me invadía. Nunca supe que me esperaba una vida nueva en Cádiz. Marcharse de Madrid fue duro. Es una ciudad en la que nadie es forastero. Durante algunos días, en mi despacho, expuse las fotos. Una malnacida las quitó sin esperar siquiera a lo desalojara tras el cambio de gobierno.